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"La técnica al servicio de la patria"

La Industria Textil en México con respecto a la hilatura




Historia de la Hilatura en el México

En la primera etapa de las artes textiles mesoamericanas en la cual se manejaban las fibras duras, las pieles de animales y las cortezas de árboles, el telar utilizado era el de urdimbre colgante tejida con los dedos; sin embargo, este último presentaba ciertas dificultades para tejer el algodón, por lo que fue poco a poco reemplazado por el telar de cintura, el cual tiene un valor histórico importantísimo ya que además de persistir aún en nuestros días, se origina y caracteriza a esta etapa prehispánica.



El telar de cintura debe su nombre a la forma en que la tejedora lo ajusta, por un extremo a su cintura con un ceñidor de cuero llamado mecapal y por el otro extremo a un árbol. También es conocido por el nombre de telar de dos barras o telar de otate, ya que su estructura se constituye por los palos de esta vara.

La estructura básica de este telar consiste en un tendido de hebras en dirección longitudinal (urdimbre) que se entrecruza con otros hilos atravesados en ángulo recto (trama), los cuales son llevados por una lanzadera a la cual los aztecas le llamaban chochopaxtli. Aunque el telar de cintura es un artefacto muy sencillo, permite lograr tejidos complejos y hermosos. Lograr franjas, cuadros o cualquier diseño depende siempre de la disposición de la urdimbre como de la trama. 

La longitud del tejido que se realiza en un telar de cintura depende de la distancia entre cada uno de los palos de otate localizados entre la tejedora y el árbol. El ancho del tejido se determina por la cantidad de hilos de urdimbre que haya en el telar, es decir, mientras más hilos tensados, más ancha será la tela. El tejido se aprieta con una tablilla de madera pesada y afilada llamada espada con la que la tejedora jala con fuerza hacia sí. Este es el implemento con más fino acabado, y el más apreciado por ella.



Los antiguos indígenas lograron diferentes ligamentos, con los que dieron color, textura y forma a sus telas. Ya entonces se trabajaban ligamentos como el tafetán, la estarilla, el taletón, el kilim, la sarga, entre otros. Las primeras evidencias encontradas acerca de los tejidos fueron redes, cordeles y cestas, objetos con una antiguedad aproximada a los 5000 y 2500 años a.C. No obstante las primeras muestras de telas o tejidos propiamente dichos, son de fechas más recientes que corresponden al primer milenio de nuestra era.

Ligamento de tafetán.


Evolucion del textil mexicano a partir de la Colonia 

Es importante analizar primero los cambios sociales, políticos e ideológicos que se dieron durante la Conquista española en México, para comprender de mejor forma tanto a la indumentaria como a la industria textil de la Colonia. El mundo prehispánico basaba su actividad textil y su manera de vestir en sus creencias, su modo de vida y sobre todo en los recursos con los que contaban, con la llegada de los españoles los esquemas bajo los cuales regían esta actividad, se vieron afectados de una manera drástica.

Con la llegada de los españoles, encabezados por Hernán Cortés en 1521 y ayudados por sus aliados indígenas, el imperio Azteca cayó y detrás de él, todos los imperios prehispánicos. Las ciudades se vieron devastadas y las construcciones de hogares y templos, incluyendo a sus ídolos, desafortunadamente en su mayoría desaparecieron.



Los pueblos indígenas, debían pagar tributo era parte de un sistema totalmente aceptado, por lo que entregar piezas textiles como fardos de algodón y telas, sacos llenos de cochinilla para teñir, joyas, pieles, plumas de Quetzal, productos alimenticios como cacao, frijol, chía y maíz entre otras cosas, no significaba un desprendimiento importante. Sin embargo, la demanda de tributos, por parte de los encomenderos, fue incrementando y la labor común del indígena se convirtió en un trabajo exhaustivo.Los lienzos que las mujeres indígenas tejían y entregaban como tributo a los españoles, no eran lo suficientemente anchos para poder lograr los trajes ostentosos que éstos acostumbraban usar. Por otra parte, las prendas hechas de algodón, la fibra más hermosa que el mundo prehispánico ofrecía, no satisfacían el gusto de vestir de los conquistadores. La lana y la seda, fibras con las cuales los europeos tejían sus ropas, no se producían en México, por lo que se vieron en la necesidad de importarlos.



El hecho de haber introducido a México nuevas fibras como la seda y la lana implicaba para los españoles importar tanto la maquinaria adecuada como a los sastres que pudieran capacitar al indígena en el uso de ésta. La rueca o redina para hilar la fibra, el urdidor vertical rotatorio y el telar de marco fijo y pedales, conocido hoy como telar colonial, conformaron la aportación tecnológica del mundo occidental para el desarrollo de la industria textil del Nuevo.

El telar de pedales o telar colonial, facilitó mucho el trabajo de los artesanos textiles (quienes en ese momento ya no eran solamente mujeres sino hombres también) ya que con éste se obtenían lienzos más anchos que con el telar prehispánico. Este telar de pedales trabajaba bajo los mismos principios que el de cintura; se fijaba la urdimbre entre los julios o enjulios (dos barras de madera) pasando otros hilos en sentido perpendicular; y en vez de que el tejedor extendiera la urdimbre sosteniéndola a un árbol, utilizaba marcos fijos en los cuales enrrollaba los hilos longitudinales sobre los julios. El mecanismo de barras del telar prehispánico, transformado en el colonial en mallas y lizos fijados a pedales, lograban hacer que el tejedor separara los hilos de urdimbre con los pies dejando las manos libres para tejer.



El indígena adoptó tanto la materia prima como las nuevas técnicas textiles de una manera rápida y eficiente, de modo que sus productos además de igualarse en belleza y calidad de manufactura con los de los sastres españoles, eran mucho más baratos. Los españoles comenzaron entonces a comprar productos textiles hechos por manos indígenas, haciendo a un lado los fabricados por sus paisanos. Esto significó una gran competencia para los sastres, quienes lógicamente no la permitirían, sino por el contrario, se aprovecharían de ella para crear un nuevo comercio.

La producción de seda mexicana estuvo grandemente favorecida durante la primera mitad del siglo XVI, sin embargo para mediados de siglo empezaba a vislumbrar su decadencia. Esto se debió a que por una parte, se prohibió terminantemente su exportación y por otra; al nuevo comercio que la Nueva España había establecido con el galeón de Manila (proveniente de Filipinas) el cual importaba seda china que por mucho, era más barata que la mexicana.


Su aportación económica a diversas entidades del país la ubican como una actividad productiva dinámica y relevante. En la de los noventa, la industria textil se favoreció con la apertura comercial y aprovechó las ventajas arancelarias, en especial las del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN). Desde el año 2000, esta industria afrontó una creciente competencia de países como China. 



En los últimos nueve años, la industria textil mexicana ha enfrentado una crisis que se traduce en la baja de producción, empleo y ventas, además de una continua pérdida de competitividad, razón por la cual se consideró importante realizar un estudio ulterior de la industria que nos ocupa. 

En 2006, el total de exportaciones e importaciones textiles ascendió a 24,610.2 y 73, 217.5 millones de pesos, con un déficit en la balanza comercial de 46,607.3 millones de pesos. Los principales productos exportados por la industria textil mexicana son fibras y filamentos sintéticos y artificiales (24.1%). En 2006, México participó con el 1.0% a las exportaciones mundiales de textiles, en tanto que las importaciones de textiles realizadas por nuestro país representaron el 2.6% del total mundial. El porcentaje de participación de México en las importaciones de textiles de EUA ha caído notablemente a partir del 2000, cuando la participación fue de 10.2%, hasta ubicarse en 2006 en el 7.5%. Durante 2000-2004 se presentó un decremento del 22.5% en el personal ocupado en la industria textil, con una pérdida de 52,408 empleos. Además, en ese periodo se reporta un descenso del 9.7% en el personal ocupado remunerado de la industria maquiladora de exportación textil. Cabe mencionar que el costo de mano de obra por hora en la producción de textiles en México en 2007 fue de 2.45 dólares.

Las TI para la industria textil cuentan actualmente con aplicaciones relevantes para la producción y administración de una empresa, en este caso se incluyen tecnologías de diseño asistido por computadora (CAD – Computer Assisted Design) y de manufactura asistida por computadora (CAM – Computer Assisted Manufacturing) para la hilatura, tejido plano, jacquard, tejido de punto, tintura, estampado y acabados, así como sistemas completos como las tecnologías de manufactura integrada por computadora (CIM – Computer Integrated Manufacturing) y los sistemas de planeación de recursos empresariales (ERP – Enterprise Resource Planning). También las TI se aplican en el comercio electrónico en la industria textil.










Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Puebla y Tlaxcala. Los principales resultados obtenidos en la encuesta indican que el 64.8% de las empresas textiles tiene 30 años o menos de haber iniciado operaciones, el 93.3% es independiente y el 97.1% cuenta únicamente con capital nacional. Por lo que se refiere a sus actividades productivas, se identificaron empresas que realizan desde una actividad de la cadena hasta aquellas que se encuentran en parte integradas verticalmente y que ofrecen paquete completo. En lo particular, el 39.0% realiza hilatura, 58.1% tejido, 59.0% acabados textiles y 63.8% fabrica productos textiles terminados. Por lo que atañe a la comercialización y ventas, se identifica que un alto porcentaje de las empresas encuestadas vende su producto principalmente en la región (44.8%) y en otros estados diferentes a donde se ubica la empresa (80.0%).

La falta de integración vertical de las empresas de la industria textil con las empresas de la cadena se ve exacerbada, limitando con ello la posibilidad de crecer y, más aún, en muchas empresas disminuye la posibilidad de mantenerse en el mercado. Finalmente, el escenario pesimista pone el acento en las principales debilidades actuales de la industria: tecnología obsoleta, baja productividad, desintegración con empresas de la cadena, altos costos de producción, baja en ventas por la alta competencia con productos importados de bajo precio, entre otras. El escenario pesimista presenta la agudización de los efectos que ocasiona la continua y persistente pérdida de competitividad de muchas empresas textiles mexicanas.

Finalmente, se diseñó un conjunto de estrategias de competitividad y de apoyo dirigidas a los actores clave de la industria textil cuyas decisiones serán trascendentes para colocar a la industria en una posición competitiva. Las estrategias de competitividad propuestas para la industria textil mexicana son las siguientes:

• Estrategia de escalamiento tecnológico. La presencia de tecnologías obsoletas no automatizadas en un número significativo de empresas textiles hace necesario formular una estrategia de escalamiento tecnológico acorde a su tamaño, capacidad y potencial. El escalamiento tecnológico consiste en la constante renovación de las tecnologías de producción y comercialización que debe efectuarse con los márgenes de utilidad generados.

• Estrategia de integración nacional de la industria con empresas de la cadena. En primer lugar, la industria textil puede dirigirse a colaborar con empresas de la región, lo cual implica conformar clusters regionales coordinados. A nivel nacional esta estrategia puede promoverse con empresas de la cadena a través de alianzas y acuerdos de participación conjunta basados en un enfoque de ganar-ganar.

• Estrategia de desarrollo de proveedores de fibras. La oportunidad de atender el mercado nacional precisa que la industria textil cuente con seguridad en el abasto de fibras tanto naturales como artificiales. Una opción de mediano plazo estriba en apoyar el desarrollo de proveedores de fibras nacionales a fin de fortalecer su posición competitiva al grado que permita asegurar el abasto nacional y la fabricación de fibras e incluso competir en el mercado internacional.

• Estrategia para lograr la eficiencia de los procesos productivos. Se requiere desarrollar habilidades empresariales y directivas encaminadas a implementar y mejorar los sistemas de planeación, control y administración de los procesos textiles. La eficiencia productiva es una necesidad imperiosa, no sólo para abatir costos de producción, sino también para evitar gastos innecesarios.

• Estrategia de desarrollo de habilidades de diseño, diferenciación y desarrollos textiles. Si bien muchas empresas no cuentan con áreas de investigación y desarrollo, en la práctica la mayoría desarrolla los productos de acuerdo con los requerimientos del cliente. Las empresas textiles deben apoyarse en centros de desarrollo textil para generar muestras, prototipos y productos textiles de moda.

México necesita de profesionistas que sepan llevar las estrategias antes mencionadas,
por  lo cual se requiere en este ámbito Ingenieros Textiles que se interesen
en mejorar la Industria Textil y de Mercerologos.





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